Salamanca, 15 de noviembre.
Ante 5.000 personas que llenaban en tres cuartas partes el Multiusos «Sánchez Paraíso», con puntualidad exquisita, se presentó Bunbury, para ofrecer más de 2 horas y media de rock en estado puro. Con una banda tan profesional como enérgica, el aragonés errante ofreció un rico repertorio que repasó toda su discografía y un puñado de las nuevas – y aún desconocidas para la mayoría – canciones de su último trabajo, «Hellville Deluxe».
Comenzó la noche con «El Club de los imposibles» y «La señorita Hermafrodita», dos canciones para calentar el ambiente. Detrás de sus gafas de sol y el sombrero vaquero, Bunbury avisó al respetable de que era una noche para el rock&roll, para un homenaje a la guitarra y al sonido rotundo que tanto le gusta (destacamos a un sensacional Jordi Mena en la guitarra).
La noche avanzaba con «Hay muy poca gente», “Bujías para el dolor», recuerdos a discos pasados con versiones eléctricas como «Sólo si me perdonas», “Una canción premonitoria” y el mágico acordeón de Rebe en «El extranjero»; momentos cumbre con un Bunbury generoso, perfecto, tremendo en «Desmejorado», al más puro estilo Raphael.
Tras el controvertido «El Hombre delgado que no flaqueará jamás» llegaron «Sí», «El rescate» (con una puesta en escena fantástica»), un recuerdo a Héroes con «Apuesta del rock and roll», y regalos al respetable con «Lady Blue», «Que tengas suertecita», «El Viento a favor», una tremenda versión de «No me llames cariño», el momento íntimo con «Canto» y el suspiro general con «Y al final», terminando con «El tiempo de la Cerezas».
Bunbury vuelve con más fuerza que nunca, con una banda espectacular y con muchas ganas de demostrar que es el más grande. A nosotros nos lo parece.
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