Las bellas y sensuales coreografías interpretadas por grupos de bailes de hasta 150 participantes son el espectáculo estrella del festival, que se desarrolla en el anfiteatro Place Toata en la capital Papeete. Golpes de cadera y una sincronización asombrosa compiten por galardones como el de Mejor Grupo, Mejor Bailarín y Bailarina, Mejor Vestimenta o Mejor Orquestra. El estricto jurado puntúa asimismo la interpretación de las piezas en dos categorías: “creación”, que valora la innovación y expresión corporal; y “patrimonio”, que evalúa la interpretación de bailes clásicos inspirados en una historia o leyenda polinesia.
Tradicionalmente las danzas tienen diversas variantes, todas de gran belleza y fuerza visual. Si van acompañadas de ritmos percusivos y movimientos rápidos son llamados ‘otea’ o, por contra, si son bailes gestuales se conocen como ‘aparima’. En los ‘hivinau’ toma protagonismo la orquesta, alrededor de la que se baila en semicírculo. También acompañados por música y cánticos, los ‘paoa’ se bailan sentados.
Entre los concursos de cánticos destaca la actuación especial de la veterana agrupación Temerama, ganadora del premio especial Heiva’07 por una trayectoria de más de 17 años preservando el acervo cultural tahitiano. Los ‘himene’ o canciones típicas son bellísimas composiciones polifónicas con raíces religiosas o místicas, que recuerdan leyendas maoríes.
En el apartado deportivo, se retoman costumbres como el lanzamiento de jabalina y tiro al coco, a una distancia de 22 mtrs., una práctica típica de las Islas Tuamotu, o el levantamiento de piedras, de las Islas Australes. Las carreras de canoas ganan en número de seguidores; son consideradas el deporte rey en Tahití y sus islas.
Un apunte histórico
Siglos atrás, los Heiva eran celebraciones oficiadas en los templos ‘maraes’ de Tahití y sus islas. Los rituales grupales se acompañaban de bailes, cánticos y mimos. La recuperación de aquellas costumbres, abolidas por los misioneros cristianos, fue gradual: primero ligándolas a los festejos por la Toma de la Bastilla instaurados por los franceses en 1882, después bajo el nombre de Tiurai (julio) y más tarde rebautizados como Heiva i Tahiti en 1845, cuando las islas proclamaron su autonomía.