Lejos de las playas y los acantilados, el verde se entremezcla con el marrón de la tierra en la vasta extensión del barrocal, que abre a los visitantes las puertas de otro Algarve, un Algarve cubierto de campos de naranjos, higueras y ¡almendros! Entre finales de enero y marzo, cuando comienza su floración, el Algarve interior se vuelve blanco y rosa pálido, regalando bellas estampas. Es también el momento en el que tienen lugar dos interesantes eventos: el Festival de los Almendros en Flor de Alta Mora.
El Algarve es mucho más de lo que uno imagina. Indudablemente es mar, acantilados y playas, pero lejos de allí, lejos de la arena dorada, el horizonte infinito, las villas pesqueras y las olas, el verde se entremezcla con el marrón de la tierra en la vasta extensión del barrocal, que abre a los visitantes las puertas de otro Algarve, un Algarve cubierto de campos de naranjos, higueras, viñedos y ¡almendros! Y cuando comienza la floración de este árbol, entre finales de enero y marzo, llega la magia, porque el Algarve interior se vuelve blanco y rosa pálido, un bonito espectáculo natural que regala bellas estampas y que atrae cada año a numerosos visitantes. ¡Por algo será!
Cuenta la leyenda que en los tiempos en los que el Algarve se llamaba Al-Gharb un rey musulmán se casó con la princesa Gilda, de origen nórdico, y que fue él quien, prendado de la belleza de la princesa, mandó plantar campos y campos de almendros que dieran miles de flores blancas, simulando ser los copos de nieve que tanto añoraba ella de su país de origen. Verdad o no, lo que sí es cierto es que el almendro encuentra en el Algarve un clima y una tierra muy favorables para su cultivo.
El almendro es un árbol de floración temprana. De hecho, es uno de los árboles frutales que antes florece. Naturalmente, depende de la variedad y de la posición geográfica, pero en líneas generales, y así ocurre en el sur de Portugal, la floración suele comenzar entre finales de enero y marzo, cubriendo los campos de un delicado manto de color blanco y rosa pálido. De los almendros sorprende que su floración no espere a las temperaturas más suaves de la primavera, pero la naturaleza es sabia: el almendro es un árbol que prefiere sacrificar algunas flores por frío antes que quedarse sin agua en verano y que sus frutos no puedan madurar. Sabia y bella decisión. Porque así, sin la competencia colorida de las flores primaverales, se lleva todos los flashes.
Dos citas importantes: el Festival de los Almendros en Flor y el Cross Internacional de Albufeira
Este espectáculo natural de los almendros en flor invita a descubrir el Algarve sin prisa, a hacer rutas por su naturaleza, a detenerse en el paisaje y a profundizar en sus tradiciones. En Alta Mora, en el municipio de Castro Marim, cuando asoma febrero llega también su Festival de los Almendros en Flor: caminatas, talleres gastronómicos, exposiciones culturales, teatro, música, artesanía… La villa se vuelve una fiesta.
En Alta Mora los visitantes también encontrarán el Camino de los Almendros (también conocido como PR8), una ruta de unos 11 kilómetros que conecta de manera circular varias poblaciones cercanas y que permite contemplar los almendros en flor y la naturaleza algarvía en todo su esplendor.
Alta Mora pertenece al municipio de Castro Marim, muy cerca de la frontera con España, y es un gran paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Es también una de esas pequeñas aldeas de casas bajas y encaladas rodeadas por campos de cultivos que pueblan la sierra de Castro Marim. Puro relax.
También en febrero, se celebra el Cross Internacional de los Almendros en Flor, la prueba de atletismo más antigua de Portugal. Es en Albufeira, uno de los municipios más turísticos del Algarve. Se organizó por primera vez en 1977 y este año está previsto que tenga lugar el domingo 25. La competición también es conocida como Almond Blossom Cross Country.
Nogados, queijinhos, pasteles…
La almendra (amêndoa en portugués) es un ingrediente muy presente en la gastronomía del Algarve, especialmente en su repostería más tradicional. El nogado, hecho a base de almendra y miel, tiene fama en todo el Algarve, así como los queijinhos de almendra y el pastel de naranja y almendra. También son muy conocidas las almendras tiernas de São Brás de Alportel, que se hacen en peroles de sobre, recuperando la tradición más antigua. Manjares y sabores que pueden volver a casa en la maleta para hacernos recordar que escaparse en invierno a ver los almendros en flor del Algarve es siempre una muy buena idea.
Más información: www.visitalgarve.pt