Nos encontramos en tiempo de vendimia, una de las fases más decisivas para la obtención de un buen caldo. A lo largo de estos meses, los agricultores de la zona se vuelcan por completo en las tareas de recogida de la uva.
El visitante tendrá la oportunidad de descubrir todo el proceso de elaboración en una región que vive por y para el vino. Por ello, sus características naturales y humanas la convierten en un destino único para conocer los secretos de la vendimia.
En una superficie de aproximadamente 13.500 hectáreas se extienden centenares de bodegas que el turista puede contemplar. Desde los más tradicionales calados subterráneos en la villa medieval de Laguardia a las grandes bodegas de arquitectura vanguardista como, por ejemplo, Marques de Riscal, Ysios o Viña Real.
La propuesta se complementa con una gastronomía que combina tradición y modernidad. El itinerario permite descubrir numerosos establecimientos repletos de encanto. Así, hoteles y restaurantes ofrecen al visitante un maridaje perfecto entre sus afamados caldos y los platos típicos de la zona.
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