La FUNDACIÓN DESTINO MADRID promociona esta muestra en todo el mundo por su enorme valor
La exposición «Vestiduras Ricas. El Monasterio de las Huelgas y suépoca 1170-1340» puede admirarse en el Palacio Real de Madrid hasta el próximo 19 de junio. El Palacio Real de Madrid muestra en absoluta primicia mundial la colección de vestidos de la Edad Media más amplia y mejor conservada. La Exposición «Vestiduras Ricas. El Monasterio de las Huelgas y su época 1170-1340» expone la indumentaria de la realeza española, de la nobleza y del clero entre los siglos XII al XIV. El conjunto de vestiduras y telas se encuentran en perfecto estado de conservación y fueron encontradas en los diversos sepulcros de la Familia Real del Monasterio de las Huelgas, en Burgos. La exposición resalta las enormes diferencias sociales que existían, así como la gran influencia de la cultura y el estilo musulmán. «Vestiduras Ricas. El Monasterio de las Huelgas y su época 1170-1340» es, además de una exposición imprescindible para conocer y comprender mejor la historia de Europa, una buena excusa para visitar Madrid y todo su Cinturón Turístico en primavera.
Igualdad de sexos
El rasgo más llamativo de la vestimenta de la realeza y de la nobleza de la Edad Media es el enorme parecido entre la masculina y la femenina. Los vestidos eran prácticamente idénticos, exceptuando la diferencia del tocado femenino, realizado con una enorme laboriosidad y que resaltaba la belleza de las damas. La Exposición del Palacio Real recomendada por la Fundación Destino Madrid describe así la indumentaria de los hombres de la realeza y de la alta alcurnia: birrete o gorro masculino; manto, una capa muy parecida a la que utilizaban las mujeres; soya encordada o camisa; pellote, vestido enterizo largo y calzas o leotardos.
El rasgo más llamativo de la vestimenta de la realeza y de la nobleza de la Edad Media es el enorme parecido entre la masculina y la femenina. Los vestidos eran prácticamente idénticos, exceptuando la diferencia del tocado femenino, realizado con una enorme laboriosidad y que resaltaba la belleza de las damas. La Exposición del Palacio Real recomendada por la Fundación Destino Madrid describe así la indumentaria de los hombres de la realeza y de la alta alcurnia: birrete o gorro masculino; manto, una capa muy parecida a la que utilizaban las mujeres; soya encordada o camisa; pellote, vestido enterizo largo y calzas o leotardos.
La indumentaria y el ataúd del hijo de Alfonso X
El hijo de Alfonso X, Don Fernando de la Cerda, Infante de Castilla, que no pudo reinar debido a su prematuro fallecimiento (1255-1275) ha dejado un legado magnífico a la exposición, tanto de su propio vestuario, como de su sepulcro. De su ropero se pueden contemplar una cofia o gorro, sin duda la pieza mejor conservada de la exposición con influencia musulmana, concretamente de la época almohade; el cinturón, con estilo del norte de Francia o Inglaterra y el pellote, forrado de piel de conejo para que abrigara bien y con brocados musulmanes. De su ataúd se puede admirar el forro interior y exterior, confeccionados con las mismas telas que sus vestiduras. Son unas impresionantes telas realizadas con hilo de oro y plata de estilo musulmán, aunque con cruces católicas. Destacar también el fragmento del manto de Alfonso VIII (1156-1214).
El look de la reina
La indumentaria de las reinas, las componentes de su corte y las miembros de la alta nobleza española se componía de la toca, realizada en tela para cubrirse la cabeza por abrigo y adorno; el barboquejo, cinta que se pasa por debajo de la barbilla; el manto, capa que cubre desde los hombros hasta los pies; la camilla o falda y el pellote o vestido. Un look muy diferente al que lucen actualmente las componentes de las monarquías europeas. Merece atención especial la Almohada de Doña Berenguela, reina de Castilla y León (1197-1246) que murió en el Monasterio de Huelgas. Una pieza única en el mundo confeccionada con hilos de seda entorchados de oro y una gran influencia almohade en sus estampados y colores.
La indumentaria de las reinas, las componentes de su corte y las miembros de la alta nobleza española se componía de la toca, realizada en tela para cubrirse la cabeza por abrigo y adorno; el barboquejo, cinta que se pasa por debajo de la barbilla; el manto, capa que cubre desde los hombros hasta los pies; la camilla o falda y el pellote o vestido. Un look muy diferente al que lucen actualmente las componentes de las monarquías europeas. Merece atención especial la Almohada de Doña Berenguela, reina de Castilla y León (1197-1246) que murió en el Monasterio de Huelgas. Una pieza única en el mundo confeccionada con hilos de seda entorchados de oro y una gran influencia almohade en sus estampados y colores.
La moda del Clero nunca pasa
Las ropas de los obispos medievales se componía de la mitra, o toca alta y apuntada que utilizaban en las grandes solemnidades; el báculo o bastón; la capa pluvial, empleada para determinadas celebraciones eclesiásticas; la dalmática, vestidura sagrada que cubre el cuerpo por delante y detrás; unas mangas anchas y abiertas para tapar los brazos y los zapatos. Destacan la mitra de San Ramón, la más antigua que se conoce y la dalmática del obispo Rodrigo Jiménez de Roda de hilo de oro y plata. La exposición deja patente que la moda del clero ha evolucionado muy poco con el paso del tiempo. Las actuales vestimentas de los pontífices en los actos oficiales tienen, de hecho, una enorme influencia medieval.
Las ropas de los obispos medievales se componía de la mitra, o toca alta y apuntada que utilizaban en las grandes solemnidades; el báculo o bastón; la capa pluvial, empleada para determinadas celebraciones eclesiásticas; la dalmática, vestidura sagrada que cubre el cuerpo por delante y detrás; unas mangas anchas y abiertas para tapar los brazos y los zapatos. Destacan la mitra de San Ramón, la más antigua que se conoce y la dalmática del obispo Rodrigo Jiménez de Roda de hilo de oro y plata. La exposición deja patente que la moda del clero ha evolucionado muy poco con el paso del tiempo. Las actuales vestimentas de los pontífices en los actos oficiales tienen, de hecho, una enorme influencia medieval.
Catálogos de Moda
Una escogida selección de libros relacionados con la vestimenta de la época completa esta impresionante exposición. Son auténticos catálogos de moda medieval. Destaca Las Cantigas de Alfonso X, el Sabio, considerada como la Biblia estética del siglo XIII y que muestra todos los elementos estéticos de la época.
Otros textos son la Biblia de San Pedro de Cardeña (1175), en la que Yahvé entrega a Eva un vestido de la segunda mitad del siglo XII para que cubra su desnudez y El Libro de Ajedrez, Dados y Tablas del Escorial (1351) donde los personajes visten telas realizadas con hilo de oro y plata con las armas de Castilla y León.
La construcción del Monasterio de monjas de Santa María la Real de las Huelgas es iniciativa del rey Alfonso VIII y su esposa Leonor de Plantagenet y se inicia el 1 de junio de 1187 con el objetivo de convertirse en Panteón Real y espejo de la devoción de la Familia Real. Las obras de la gigantesca iglesia finalizan en 1279 y allí se trasladan algunos de los monumentos funerarios y los cuerpos de la Familia Real. Una tradición que quedará rota posteriormente cuando Fernando III el Santo y Alfonso X sean enterrados en Sevilla.
Una escogida selección de libros relacionados con la vestimenta de la época completa esta impresionante exposición. Son auténticos catálogos de moda medieval. Destaca Las Cantigas de Alfonso X, el Sabio, considerada como la Biblia estética del siglo XIII y que muestra todos los elementos estéticos de la época.
Otros textos son la Biblia de San Pedro de Cardeña (1175), en la que Yahvé entrega a Eva un vestido de la segunda mitad del siglo XII para que cubra su desnudez y El Libro de Ajedrez, Dados y Tablas del Escorial (1351) donde los personajes visten telas realizadas con hilo de oro y plata con las armas de Castilla y León.
La construcción del Monasterio de monjas de Santa María la Real de las Huelgas es iniciativa del rey Alfonso VIII y su esposa Leonor de Plantagenet y se inicia el 1 de junio de 1187 con el objetivo de convertirse en Panteón Real y espejo de la devoción de la Familia Real. Las obras de la gigantesca iglesia finalizan en 1279 y allí se trasladan algunos de los monumentos funerarios y los cuerpos de la Familia Real. Una tradición que quedará rota posteriormente cuando Fernando III el Santo y Alfonso X sean enterrados en Sevilla.
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