Badajoz es una ciudad discreta, no llama la atención frente a otras localidades extremeñas como Mérida, Cáceres o Trujillo, que se identifican como destinos turísticos. Por ese motivo, esta ciudad sorprende agradablemente al visitante que no esté advertido. Acoge cultura, historia y ocio por lo que merece la pena destinar el tiempo suficiente para descubrirla.
En este reportaje destacamos su apuesta por los estilos en boga al inicio del siglo XX: Modernismo, Regionalismo y Racionalismo. Pasado el tiempo siguen siendo tan admirados como peculiares, y constituyen uno de los sellos de identidad de la ciudad.
Comenzamos la visita por el Puente de Las Palmas y su hornabeque que mira hacia Portugal. El hornabeque es una edificación defensiva situada en uno de los extremos del puente. Ambos se enmarcan en un parque moderno y amplio, habitual para los vecinos de Badajoz y de agradable paseo.
El recorrido por el puente nos da la oportunidad de apreciar la anchura del Guadiana a su paso por la ciudad pacense y ver la silueta de la ciudad antigua donde destaca la Alcazaba.
Al final del puente, la Puerta de Las Palmas, un señorial arco del siglo XVI, a través del cual hacer nuestra entrada en la ciudad e iniciar el recorrido a través de su casco antiguo. En dirección a la Alcazaba las calles ligeramente empinadas dan la oportunidad de caminar despacio y admirar la hermosa arquitectura modernista y regionalista de numerosas residencias.
La presencia de este estilo en el centro histórico y no de otros anteriores se debe a que Badajoz ha sido durante siglos ciudad limítrofe y ha sufrido las consecuencias de guerras intermitentes que se salvaban con la destrucción del patrimonio.
Afortunadamente para el legado cultural, emigrantes que hicieron fortuna en tierras de ultramar retornaron con la riqueza suficiente como para construir en su tierra preciosas residencias en el estilo de la época, el Modernismo.
Prueba de este estilo de la Casa Ramallo de 1914 cuyo primer propietario fue el militar Luis Ramallo Thomas. Su balcón retranqueado y fachada decorada con motivos vegetales puede que no destaque lo suficiente en la angosta calle de Meléndez Valdés, por eso es necesario advertirlo para realizar una parada alzando la vista, como en resto del recorrido por el centro.
La misma familia fue la responsable de la construcción del edificio de Las Tres Campanas destinado a ser unos grandes almacenes, en la plaza de la Soledad, junto a la iglesia que lleva el mismo nombre. Esta joya del patrimonio pacense alza sus tres plantas en un estilo más sobrio que la casa Ramallo. En lo alto de su fachada se sitúa un reloj coronado por tres campanas que dan nombre al edificio.
Su interior es digno de ver por sus piezas finamente trabajadas como las escaleras, el artesonado, el reloj o las claraboyas del techo. Lo que hace décadas fue una célebre juguetería hoy es un hotel que ha preservado su valioso legado histórico.
Otro sus edificios comerciales destacado es la Giralda, una réplica de la andaluza construida entre 1923 y 1933 en estilo regionalista e historicista mudéjar. Esta torre, a diferencia de la sevillana, se encuentra entre varios edificios y fue construida con fines residenciales y comerciales, de ahí que esté coronada por el dios Hermes o Mercurio, dios del comercio.
El estilo regionalista extremeño es una traslación del regionalismo andaluz, cuyo mayor exponente es la Plaza de España de Sevilla. En Badajoz este estilo está presente en numerosas residencias como la Casa Álvarez Buiza, la primera de estilo regionalista extremeño, culminada en 1921 según el diseño de Adel Pinna, autor de cuantiosos ejemplos de este estilo autóctono extremeño en la ciudad.
Del mismo año nos encontramos con el Garaje Pla, un edificio cuya fachada llama la atención por su combinación de color albero y ladrillo, y es un ejemplo del Modernismo tardío. Actualmente es la sede del Colegio de Abogados.
Por último, mencionar la preciosa muestra de Racionalismo como es el Mercado de Santa Ana, que hoy acoge a la Biblioteca Pública Municipal, realizado entre 1937 y 1939. Una apuesta por la arquitectura funcional de líneas limpias carentes de ornamento adicional.
NH Gran Hotel Casino Extremadura
Junto al Guadiana, en la zona residencial moderna, y frente a la silueta del caso antiguo de Badajoz se encuentra el hotel NH Gran Casino Extremadura, un alojamiento de cinco estrellas que destaca en la oferta de la ciudad pacense.
El imponente edificio del hotel está ubicado en un entorno tranquilo, muy cerca del Puente de Las Palmas y a diez minutos andando del centro de la ciudad.
El NH Gran Casino Extremadura es un complejo de ocio y alojamiento moderno, confortable y sofisticado, un hotel que cuenta en sus instalaciones con casino, dos restaurantes con espectaculares vistas al río, además de gimnasio.
Las habitaciones amplias y luminosas, están insonorizadas para garantizar el descanso de los huéspedes. Para reparar fuerzas, el desayuno, que se sirve en uno de los restaurantes, permite reparar fuerzas con una amplia variedad de opciones mientras se disfruta de las vistas del Guadiana, el parque que lo flanquea.
La experiencia del alojamiento en el NH Gran Casino Extremadura es además de agradable, altamente recomendable.
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