Monasterio de Piedra: la belleza que nace del agua

El Monasterio de Piedra, en Nuévalos (Zaragoza), ofrece lo necesario para vivir un tiempo en un oasis de paz y tranquilidad: un acogedor hotel, con todas las comodidades, y un entorno privilegiado. Tan bello como exuberante.

Un poco de historia: el Monasterio de Piedra

La fundación del Monasterio de Piedra tuvo lugar dentro de la política de repoblaciones de la segunda mitad del siglo XII, en plena Reconquista cristiana, y de la expansión de la orden cisterciense por la Península Ibérica. Fue en 1186 cuando el rey Alfonso II de Aragón donó el Castillo de Piedra (castrum Petrae) a los monjes cistercienses de Poblet a fin de que fundaran un monasterio y dieran actividad a la zona. Esta política era normal en la época pues alrededor de un monasterio crecía la vida, con comerciantes, artesanos, agricultores, ganaderos y personal civil. Apenas 30 años después de la concesión, allá por 1218, los monjes ocuparon los edificios construidos, siendo su primer abad Gaufrido de Rocaberti. Aquí comienza la historia del Monasterio de Piedra.

El característico estilo arquitectónico de la Orden Cisterciense está presente en el monasterio: Gótico Cisterciense, una arquitectura sobria, austera, sencilla pero muy luminosa. La Iglesia de Santa María es el edificio central, con un claustro anexo en torno al cual se disponen las estancias monacales: Sala Capitular, Cillería o almacén, Cocina, Refectorio y Calefactorio.

Interior del monasterio, con el claustro
Interior del monasterio, con el claustro

Hoy en día todos ellos son visitables, así como el Museo del Vino D.O. Calatayud y la Exposición de la “Historia del Chocolate”. El primer cacao cocinado en Europa tuvo lugar en las cocinas del monasterio, pues uno de los monjes del Císter, Fray Jerónimo Aguilar, quien acompañó a Hernán Cortés en su viaje a México, envió el primer cacao a España al abad del monasterio de Piedra, Don Antonio de Álvaro. En la Exposición se puede aprender desde cómo cocinarlo a sus propiedades nutricionales. El propio Hernán Cortés se sorprendía de los efectos energizantes de un alimento que siglos después sigue presente en nuestra gastronomía.

La Iglesia (que tuvo que ser muy bonita) está en ruinas como consecuencia de los años de abandono que, en el siglo XIX, sufrieron los edificios monacales tras la Desamortización de Mendizábal. Destacamos en los alrededores del monasterio la muralla medieval que aún conserva su hermosa Torre del Homenaje y la fachada el antiguo palacio abacial, del siglo XVI.

Fachada el antiguo palacio abacial
Fachada el antiguo palacio abacial

En 1843, después de muchas vicisitudes, idas y venidas de los monjes, los edificios conventuales fueron subastados públicamente, siendo adquiridos por Pablo Muntadas Campeny, quien pagó 1.250.000 reales. Fue su hijo, Juan Federico, quien transformó la huerta en un jardín paisajista y las dependencias conventuales en una instalación hostelera e hidroterápica, además de la primera piscifactoría de España. Sin duda, un pionero para su época.

Como hemos dicho, el Hotel se ubica dentro del antiguo Monasterio Cisterciense del siglo XIII y está declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Con unas impresionantes instalaciones que nos trasladan a tiempos pasados, destacamos el claustro del siglo XIII, los pasillos abovedados, la escalinata renacentista, la sala de “La Biblioteca” y el Spa.

La escalinata renacentista
La escalinata renacentista

Y es que el Spa, con más de 500 m2 construidos, fue diseñado para disfrutar de las sensaciones de la luz, del sonido y del agua, bajo bóvedas medievales. Y a fe que lo consigue. Sorprende por su belleza y confort. Con un juego de luces que ilumina la zona de aguas creando un ambiente único, el relax y el disfrute de los sentidos está garantizado. Cuenta con diferentes espacios y salas, desde un circuito hidrotermal, con piscina climatizada, cuello de cisne y cascada a presión a un Frigidarium, duchas cromáticas de agua nebulizada, hamman, sauna finlandesa, y zona de relax con camas calientes e infusiones y zumos.

Además, tenemos a nuestra disposición cabinas de masajes y tratamientos especiales. Sin duda, el gran descubrimiento del Monasterio de Piedra es este espectacular spa.

El Hotel tiene 62 habitaciones que ocupan las antiguas celdas de los monjes. Una piscina al aire libre, restaurantes, varios salones de descanso, bares y salas para celebrar reuniones, amplias zonas ajardinadas y arboladas, aparcamientos, terrazas y espacios de paseo y descanso completan el espacio.

El Hotel tiene 62 habitaciones que ocupan las antiguas celdas de los monjes
El Hotel tiene 62 habitaciones que ocupan las antiguas celdas de los monjes

En cuanto a la gastronomía, en el Restaurante Reyes de Aragón podemos disfrutar de productos de la zona en un entorno muy especial, rodeados por la historia de Aragón. Con una carta interesante, mezcla de modernidad y tradición, merece mucho la pena. Migas del pastor, risotto de boletus y parmesano, tatín de escalivada, potaje de garbanzos con bacalao y espinacas, así como el jamón D.O. Teruel, destacan entre los primeros. En los segundos, variedad. Desde corvina a la marinera a las melosas de cerdo, pasando por las chuletas de pierna de cordero o el guiso de callos. Elegancia y contundencia en una selección muy destacable, terminando con postres caseros de primer nivel. Si el tiempo lo permite, su terraza hará que la comida sea única.

Restaurante Reyes de Aragón
Restaurante Reyes de Aragón

El Parque del Monasterio de Piedra es sencillamente una maravilla de la naturaleza. Un paisaje que nos deja perplejos ante tanta belleza. Caminos, senderos y túneles cruzan cascadas, arroyos, lagos y grutas. Árboles de todo tipo y una vegetación impresionante nos espera. Su emplazamiento geológico atravesado por el Río Piedra configura un espacio único.

El recorrido por el parque está lleno de sorpresas y bellísimos rincones. El rumor de cascadas y del propio río Piedra nos acompaña casi permanentemente, dando una sensación de bienestar única. Tenemos bancos y otros lugares de descanso, así como aseos, merenderos y máquinas de vending. Nada se echa en falta en este paraíso, solo el tiempo que se va inexorablemente a pesar de nuestros esfuerzos por retener todo en nuestra retina.

Merendero en el Parque
Merendero en el Parque

Entre las cascadas, destacamos la «Cola de Caballo», la «Iris», la «Sombría» y la de los «Chorreaderos». El «Lago del Espejo» es también una maravilla, así como la «Fuente del Señor», la «Fuente de los Salmones» o el «Mirador de la Puerta Negra».

El río Piedra
El río Piedra

El Parque se visita en 2-3 horas a buen paso, pero lo mejor es tomárselo con calma, disfrutar del momento y buscar, buscar y buscar a nuestro alrededor, porque constantemente habrá algo que nos llame la atención: un rumor, un pájaro, un árbol, una cascada, una gruta…

Cascada "Cola de Caballo"
Cascada «Cola de Caballo»

El Monasterio de Piedra es en la actualidad uno de los parajes más espectaculares de Europa, siendo además galardonado con la Medalla al Mérito Turístico por el Gobierno de Aragón en 2011.

Monasterio de Piedra
C/ Afueras SN
50210 Nuévalos (Zaragoza)
E-mail: acliente@monasteriopiedra.com | hotel@monasteriopiedra.com