Japón ha puesto en marcha un ambicioso programa de promoción turística para revitalizar aldeas rurales con siglos de historia. La iniciativa, desarrollada por la Agencia Japonesa de Turismo, busca atraer viajeros internacionales que deseen vivir experiencias auténticas lejos de las grandes ciudades.
El proyecto se centra en la recuperación de casas tradicionales “kominka”, muchas de ellas construidas en madera y con techos de paja. Estas viviendas han sido renovadas para convertirse en alojamientos con encanto que respetan su arquitectura original. Las prefecturas de Gifu, Nagano y Kochi lideran esta transformación, ofreciendo estancias que combinan naturaleza, gastronomía local y talleres artesanales.

El objetivo principal es reactivar poblaciones afectadas por la despoblación, un problema creciente en Japón. Las autoridades confían en que el turismo sostenible ayude a mantener oficios tradicionales, crear empleo y preservar el patrimonio inmaterial. Para los visitantes, supone la oportunidad de descubrir un Japón más profundo, donde los templos, los baños termales “onsen” y las rutas de montaña conviven con un ritmo de vida pausado.
Las actividades disponibles incluyen aprendizaje de cerámica, paseos por senderos históricos, recolección agrícola, asistencia a festivales locales y prácticas de cocina regional. Se apuesta por un turismo de baja huella que respete el entorno natural y favorezca la convivencia con los habitantes.
El programa se complementará con rutas temáticas que unirán varias aldeas, facilitando traslados y visitas guiadas para que el viajero comprenda la importancia cultural de cada zona. Japón continúa posicionándose así como uno de los destinos más atractivos del mundo para quienes buscan experiencias genuinas y sostenibles.
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