Cinco razones para disfrutar de la capital de Ecuador, Quito, en verano.

1. La Ruta Escondida
A pocos minutos de Quito, existen poblados recónditos con hermosos paisajes que deben ser visitados. La “Ruta Escondida” hace referencia a un camino precolonial que recorre algunas parroquias rurales de Quito, incluyendo a Puéllaro, Perucho, Atahualpa, Chavezpamba y San José de Minas.

2. Ruta Quindes y Orquídeas
A tan sólo una hora de Quito, la reserva orquideológica El Pahuma acoge gran cantidad de plantas epífitas, incluidas bromelias, musgos, helechos y más de 270 especies de orquídeas, de las cuales nueve son endémicas. Esta zona también es el hogar de un promedio de 500 especies de aves. Reservas como Yanacocha o Bellavista Cloud Forest ofrecen la experiencia de observar de cerca más de 10 especies de colibríes. A pocos minutos se puede encontrar el Museo de Sitio de Tulipe, que recoge vestigios arqueológicos de los yumbos, un grupo precolombino que habitó esta zona.

3. Ruta El Chaquiñán
A 40 minutos del centro norte de Quito, se encuentra este parque lineal, que atraviesa el valle de Tumbaco, entre Cumbayá y Puembo. El Chaquiñán tiene una extensión de aproximadamente 35 km, y se puede recorrer en bicicleta o a pie. Durante el recorrido, es posible vivir la emocionante experiencia de atravesar varios túneles construidos a principios del siglo pasado para el paso del tren. Las exigencias de estado físico y técnicas son mínimas, por lo que es muy recomendable para ciclistas principiantes y caminantes.

4. Ruta Píntag-Antisana
En Píntag, es recomendable visitar sus lagunas, que son famosas por su belleza, como la de Secas, ideal para la pesca. Más allá, en la laguna de Tipo-Pugro, se pueden realizar paseos en bote y practicar la pesca. Otra laguna destacable es la de Muertepungo, llamada así por su ubicación a 4.200 metros sobre el nivel del mar, constituyendo un enclave perfecto para cabalgatas, pesca y senderismo. Continúa por la carretera Micacocha para llegar a la reserva Ecológica Antisana. En 120.000 hectáreas, el rango de hábitats, ecosistemas y fauna que se pueden encontrar es asombroso; incluso es posible avistar al cóndor andino, osos de anteojos y colibríes.

5. La Ronda
Desde las primeras horas del día, la encantadora calle de La Ronda invita a respirar el arte y la cultura quiteña. Personajes como ‘Rondín’, ‘Juancho’, ‘la Negra Mala’ o la ‘Chola Pinganilla’, esperan al visitante para recordar antiguos y entretenidos juegos tradicionales como el de la rana, la rayuela, el futbolín, la peonza o los coches de madera. También se puede conocer más sobre algunos oficios que se practicaban hace varias décadas y que aún perduran en La Ronda.

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