Guimarães se vive en sus calles, se respira en sus murallas y se comprende en sus praças. Esta ciudad no es solo la cuna de Portugal por un título simbólico: fue aquí, entre intrigas medievales, luchas de poder y sueños de independencia, donde comenzó a gestarse una nación que hoy es uno de los países más antiguos de Europa. Y todo empezó alrededor de un castillo y una plaza.

La independencia de Portugal: del condado a la corona
La historia de Guimarães está intrínsecamente ligada al nacimiento de Portugal como nación independiente. Todo comenzó con la creación del Condado Portucalense, una concesión feudal dentro del reino de León, otorgada en el siglo XI al noble borgoñón Henrique de Borgonha, quien se casó con la infanta Teresa de León, hija del rey Alfonso VI.
De esta unión nació Afonso Henriques, quien al morir su padre quedó bajo la tutela de su madre. Sin embargo, Teresa estrechó lazos con la nobleza gallega, lo que provocó tensiones con los nobles portucalenses. En 1128, el joven Afonso, con apenas 19 años, se rebeló contra su madre en la famosa Batalla de São Mamede, a las afueras de Guimarães.

Esta victoria marcó un antes y un después. Afonso Henriques asumió el poder y comenzó una serie de campañas militares contra los musulmanes en el sur y contra el propio Reino de León, buscando su independencia. En 1139, tras vencer en la Batalla de Ourique, fue aclamado como Rei dos Portugueses por sus tropas.
La independencia no fue reconocida de inmediato. El reconocimiento formal llegó en 1143 con el Tratado de Zamora, cuando Afonso Henriques y el rey Alfonso VII de León acordaron la autonomía del nuevo Reino de Portugal, ratificada más tarde por el Papa Alejandro III en 1179.
Guimarães hoy: una ciudad orgullosa de su historia
Visitar Guimarães no es solo una experiencia turística, es adentrarse en el alma fundacional de un país. Pocas ciudades europeas conservan con tanto mimo su pasado medieval sin caer en la caricatura. Aquí, cada praça tiene su historia, cada piedra cuenta una batalla, y cada monumento recuerda un paso hacia la libertad.
Los vimaranenses (habitantes de Guimarães) llevan su historia con elegancia y orgullo. Son conscientes de su legado, pero también de su papel como anfitriones de una ciudad que ha sabido conjugar lo antiguo con lo contemporáneo. Prueba de ello es el dinamismo de su vida cultural, su red de museos, sus festivales y su vibrante escena artística.
Praça da Oliveira: el corazón de un país
La Praça da Oliveira, en pleno casco histórico, debe su nombre a un olivo centenario que, según la leyenda, fue plantado por voluntad divina en la Edad Media. El lugar está presidido por la majestuosa Igreja de Nossa Senhora da Oliveira, fundada originalmente en el siglo X por la condesa Mumadona Dias. A su lado se encuentra el llamativo Padrão do Salado, un monumento gótico que conmemora la victoria cristiana en la Batalla del Salado (1340), cubierto por un templete que parece salido de una novela de caballerías.

Pero esta praça es mucho más que piedra. Es una escena cotidiana viva, con terrazas, cafés y restaurantes bajo los soportales donde locales y viajeros se mezclan como si el tiempo no existiera. Aquí se siente el alma de Guimarães: pausada, elegante, auténtica. Por la noche, con la iluminación cálida y los músicos callejeros, se convierte en una postal viviente.
Praça de Santiago: donde las leyendas reposan
Contigua a la Praça da Oliveira, la Praça de Santiago tiene un carácter más recogido y misterioso. Según la tradición, fue aquí donde el apóstol Santiago trajo la imagen de la Virgen que luego sería adorada en la iglesia vecina. Esta plaza, más pequeña y recogida, está rodeada de casas con entramado de madera y flores en los balcones que recuerdan a otros tiempos.
Sus cafés son perfectos para observar el ritmo lento de la ciudad, y por la noche se convierte en un rincón romántico, ideal para una copa de vinho verde mientras las campanas marcan las horas desde la torre cercana.
Praça do Toural: la Guimarães burguesa
A diferencia de las dos anteriores, la Praça do Toural es más amplia, más moderna en su urbanismo, y representa la Guimarães del siglo XVIII y XIX. Aquí estuvo en tiempos una plaza de toros, de ahí su nombre. Hoy es uno de los centros neurálgicos de la ciudad, rodeada de edificios señoriales, boutiques, cafeterías y la conocida Pastelaria Clarinha, famosa por sus doces conventuais.

Preside la plaza la inscripción «Aqui nasceu Portugal», recordando al visitante que esta no es una ciudad cualquiera. Esta frase, grabada sobre una de las murallas medievales que aún se conservan, es un mensaje de identidad y orgullo.

El Castelo de Guimarães: fortaleza de un sueño
Situado en una colina sobre la ciudad, el Castelo de Guimarães se alza como un centinela de piedra sobre la historia. Fue construido en el siglo X por orden de Mumadona Dias, una poderosa condesa que mandó levantar la primera fortaleza para proteger el monasterio de los ataques normandos y musulmanes. Posteriormente, el castillo fue ampliado y transformado en residencia real.

Este lugar es inseparable del nombre de Afonso Henriques, nacido en 1109 (según la tradición) dentro de estos muros. Su infancia aquí estuvo marcada por tensiones familiares, guerras de frontera y una educación militar que forjaría al futuro primer rey de Portugal. El castillo, de planta romboidal, conserva sus imponentes murallas, torreones y la Torre de Menagem, desde la que se obtiene una vista privilegiada de toda la ciudad.
Hoy se puede visitar libremente, caminar por sus murallas y contemplar la espada simbólica de Afonso Henriques que marca el punto de partida de la monarquía portuguesa.
Paço dos Duques de Bragança: nobleza y renacimiento
Muy cerca del castillo, en un entorno ajardinado, se encuentra el Paço dos Duques de Bragança, un palacio del siglo XV mandado construir por D. Afonso de Barcelos, hijo ilegítimo del rey João I y primer duque de Bragança.
El edificio combina elementos medievales y renacentistas, con una estructura imponente de tejados inclinados de pizarra, múltiples chimeneas cónicas (inspiradas en las casas señoriales francesas) y una loggia con arcos góticos.

El interior alberga una riquísima colección de tapices flamencos, mobiliario del siglo XVII, armas, esculturas y objetos de la vida cortesana. Cada sala ofrece una inmersión visual en la nobleza portuguesa, y su gran salón de banquetes, con techo de madera abovedado en forma de quilla invertida, es especialmente impresionante.
Tras décadas de abandono, el palacio fue restaurado en el siglo XX por orden del dictador Salazar, quien lo convirtió en residencia oficial de la República cuando visitaba el norte del país.
Pasear por el centro histórico: crónica de piedras vivas
El casco antiguo de Guimarães es un entramado encantador de calles adoquinadas medievales, balcones de forja, casas de granito y fachadas coloridas que cuentan con varios siglos de historia. Lugares como la Rua de Santa Maria (siglo XII), conservan elegantes casas como la Casa do Arco, donde durmió el rey Manuel I en su peregrinación a Compostela. También en este laberinto urbano aparecen construcciones barrocas y casas señoriales del siglo XVII como la Casa das Rótulas, famosa por su balcón de rótulas único en la ciudad.

Caminar por las muralhas medievales brinda vistas inesperadas del Palacio Ducal y la Iglesia de São Gualter, en un trayecto gratuito y enriquecedor.
Ascender al mirador de Penha: naturaleza, sol y altura
A solo unos minutos de la ciudad se alza Monte da Penha, con 613 m de altura, cuna de un santuario construido entre 1930 y 1947 en estilo Art‑Deco, rodeado por un frondoso parque lleno de senderos, cuevas prehistóricas y vistas panorámicas impresionantes.

El Teleférico de Guimarães, en funcionamiento desde 1995, conecta la ciudad con la cima en un trayecto de 1 700 m que dura 10 minutos, permitiendo disfrutar del paisaje sin esfuerzo físico. Por la noche, el atardecer desde el mirador es mágico.
Museos y cultura local
En la Iglesia de Nuestra Señora da Oliveira reside el Museo Alberto Sampaio, con piezas religiosas, pinturas, esculturas y textiles entre los siglos XIII y XIX. No lejos, el Museo Arqueológico Martins Sarmento, en un antiguo convento, alberga restos del hierro y la cultura castreja de la zona, incluyendo piezas de la Citânia de Briteiros, asentamiento celta cercano. El Centro Cultural Vila Flor (CCVF), inaugurado en 2005 sobre el Palacio Vila Flor, es el epicentro del arte moderno en la ciudad: conciertos, exposiciones, teatro y festivales todo el año.
También de obligada visita es el Centro Internacional das Artes José de Guimarães, que ofrece experiencias interactivas para grandes y pequeños.

Curiosidades que enamoran
- En Guimarães se dice que “Aquí nació Portugal”, frase grabada en una de las murallas
- Fue Capital Europea de la Cultura en 2012
- Su centro histórico es uno de los mejor conservados del país
- El tranvía turístico permite recorrer la ciudad de forma pintoresca
- Las Festas Gualterianas, en agosto, reviven el pasado medieval con desfiles y teatro
- En Guimarães se habla el portugués que parece más viejo, según algunos lingüistas mantiene rasgos muy cercanos al dialecto original del portugués medieval
- La ciudad acoge festivales como la Festa da Flor y la Jornada do Património, que llenan de música, arte callejero y tradiciones sus plazas, especialmente en primavera y otoño
- Guimarães es reconocida por su Bordado de Guimarães: artesanía textil local que mezcla tradición y diseño contemporáneo, perfecta para souvenirs auténticos
Gastronomía local
No te vayas sin probar el bacalhau à Braga, las tortas de Guimarães (rellenas de calabaza y frutos secos), o los vinhos verdes de la región. Muchos restaurantes del centro mezclan tradición con innovación.
Cómo llegar
A menos de una hora de Oporto en coche o tren, Guimarães es ideal para una excursión de un día… o mejor aún, para pasar una noche y descubrir su encanto con calma.
Dónde alojarse
Eurostars Santa Luzia
En pleno corazón del casco histórico de Guimarães, el Eurostars Santa Luzia se alza como un elegante hotel de cuatro estrellas que fusiona a la perfección modernidad y confort. Entre sus servicios, destaca un restaurante donde saborear una cuidada selección de platos sencillos pero llenos de sabor, un completo spa ideal para dejarse mimar con relajantes tratamientos y una piscina en la azotea desde la que disfrutar de unas vistas únicas mientras desconectas del mundo.

Eurostars Santa Luzia
Rua Francisco Agra, 100 Guimarães
4800-157 Portugal
+351 253 071 800
Web: Reservar Hotel Eurostars Santa Luzia en Guimarães
Guimarães no es un museo al aire libre, sino una ciudad viva que respira por sus plazas, templos, miradores y sus sabores. Es el sitio donde el pasado y el presente se miran reflejados a través de una identidad clara y reconocible. Entre piedras milenarias y balcones de hierro, entre senderos de roca y vistas inimaginables nada más subir al teleférico, Guimarães seduce con su autenticidad.
Más información: https://www.visitguimaraes.travel/