Pocos motivos mueven tanto al viajero en España como el beber y el comer, por lo que no es de extrañar que el interés por ir a la Ruta del Vino de La Mancha haya crecido en detrimento de otras rutas, según un estudio reciente sobre la demanda del enoturismo de Acevin y las Rutas del Vino de España.
La Ruta del Vino de La Mancha gusta, y cada vez más. Aceites de oliva virgen extra, quesos elaborados con leche de ovejas de raza manchega, azafrán y pistachos de la tierra, carne de caza menor y mayor (guisada, asada y en conserva) y un huerto que en esta época del año sube el nivel de cualquiera de las experiencias de enoturismo que ofrece al viajero la Ruta del Vino de La Mancha. Si tú también te has rendido al último mandamiento foodie ‘De la huerta a la mesa’, aquí tienes algunas delicias que sí o sí debes probar cuando vayas al mayor viñedo del mundo.
Pisto manchego: la herencia de la antigua ‘alboronía’ árabe
Si hay un rey de las recetas manchegas que simbolizan el fenómeno gastronómico ‘De la huerta a la mesa’ ése es el pisto manchego. Como pasa con todas las recetas de este tipo, no alcanza una enciclopedia para recoger todas las versiones domésticas que hay de este clásico de la gastronomía de Castilla La Mancha, pero la base innegociable de esta receta es siempre el sofrito de pimiento verde y tomate; un dúo inquebrantable sobre el que los trabajadores del mayor viñedo del mundo basaban su dieta durante los meses de calor.

A partir de aquí, se admite todo tipo de delicia llegada del campo manchego: calabacín, cebolla, berenjena y hasta carne y huevos. Puedes degustarlo en cualquiera de sus versiones y hasta quedarte sin pan para rebañar en los restaurantes de la Ruta del Vino de La Mancha, y si es posible, hazlo con un buen vino de la tierra, porque esta receta, que viene de la antigua ‘alboronía’ de los árabes (guiso de calabaza, tomates y pimientos), marida a la perfección con todo lo que da la llanura manchega, de ahí su significado: ‘cierto manjar’.
Moje: el frescor del campo en verano llevado al plato
También llamado mojete, el moje podría decirse que es la ensalada manchega por excelencia. Un bocado fresco recién llegado de la huerta, perfecto para combatir las altas temperaturas de la llanura de La Mancha. Primo hermano del pisto, presume de ser más fresco por no requerir del fuego, salvo para cocer los huevos. Aparte lleva cebolla, aceitunas (preferiblemente negras), alguna conserva de pescado que normalmente es atún, aceite de oliva, sal y el rey de la huerta en verano: el tomate. Una receta sencilla, que realza los auténticos sabores de la huerta de siempre.
Asadillo: de guarnición, ensalada o piscolabis
Pimiento rojo asado, tomate, ajo, aceite de oliva y comino. A partir de ahí, a soñar. El asadillo manchego es de esos platos (tanto en frío como en caliente) que encantan como guarnición y, servidos como plato único, son perdición. De esencia principalmente vegana, cuando quiere compañía puede que encuentre algo de carne, atún o huevo cocido, si bien las versiones más green se inclinan más por los garbanzos. Los viajeros que se inclinan a hacer su propia versión en casa, pueden hacerse con los mejores ingredientes o incluso con alguna conserva en Casa Ortega, el templo de los productos gourmet on y offline de la Ruta del Vino de La Mancha.
Tiznao. Si eres de Team Bacalao, ¡tienes que probarlo!
Este delicioso bocado típico de la cocina de Ciudad Real, puede decirse que forma parte ya del recetario tradicional de toda Castilla La Mancha y es un must para acompañar a cualquiera de los vinos que te pidas en la Ruta del Vino de La Mancha. Si eres del Team Bacalao ¡Tienes que probarlo! Preparado principalmente a base de bacalao desalado, tomate, pimiento y otras hortalizas del huerto, se cocina a la plancha o al horno y es de esos sabores que uno desea llevarse a casa. Su nombre viene de ‘tiznado’, es decir, ennegrecido, ahumado, tal y como conocíamos al bacalao seco que se vendía con ese color oscuro obtenido tras su proceso de curación. Su intensidad es perfecta para maridarlo con un buen tinto de la llanura manchega.
Queso, ajo, pan y aceite de oliva: los cuatro elementos de la naturaleza manchega
Cualquiera podría sobrevivir a base de queso manchego, pan artesano, ajo y aceite de oliva virgen extra. Como guinda una buena copa de vino. Y en la Ruta del Vino de La Mancha a veces los placeres más sencillos son a veces los mejores.
La Quesería El Fraile (también tienda gourmet) hace venta directa de sus quesos artesanos en Pedro Muñoz y Quesos Artesanos Serrano Flores ofrece tanto on como offline una amplia variedad de esta joya manchega, como sus quesos al azafrán o a las finas hierbas. Finca Pago de La Jaraba presume, por su parte, de elaborar uno de los quesos manchegos de mayor prestigio elaborado con leche de sus ovejas de raza manchega, criadas en la misma finca, si bien de su almazara sale un aceite de oliva virgen extra de altísima calidad.

Como los que también elabora la Bodega y Almazara Virgen de las Viñas, la mayor cooperativa vitivinícola de Europa, y Bodegas El Progreso, la más antigua de España, con actividad ininterrumpida desde 1917. Una de las bodegas que también elabora aceite de oliva virgen extra ecológico y que se ha asociado recientemente es Bodegas Noc.
El mejor compañero de uno de los mayores orgullos de nuestra tierra: el Pan de Cruz, un pan artesanal con Indicación Geográfica Protegida, oriundo de Ciudad Real, y que ya recibía sus elogios en las páginas de ‘El Quijote’. Una hogaza abombada con dos cortes en forma de cruz que se elabora como en ningún sitio en Panadería Orejón, un horno de Campo de Criptana donde además de este tesoro, elaboran desde hace 80 años algunos de los postres tradicionales más exquisitos de toda La Mancha: mantecados, rosquillos de mistela, etc .
Para los más carnívoros, están las carnes, embutidos y jamones de Arrrea, que ofrecen al público la mejor variedad de carnes de pueblo frescas y en conserva. Bocados manchegos que van desde el lomo o chorizo de orza a algunos quesos de oveja con un toque especial como el de boletus, ajo negro o alguno añejo envejecido con romero.