Pico Cuadro, impresionante debut en la Ribera del Duero.

Los creadores de Pico Cuadro quieren posicionar sus vinos como los mejores del mundo y probablemente lo logren porque todo parece posicionarse a su favor: La suerte de contar con unos viñedos viejos y añosos que conservan las características de una cepa “alma mater” del terruño local. La habilidad para conseguir extraer las singularidades de cada milímetro de parcela, teniendo en cuenta la orografía de unos suelos pobres en los que crecen auténticas maravillas. La naturaleza ha sido especialmente generosa con ellos tanto en su primera cosecha, la del 2005, que será recordada por muchos años, como en la añada de los vinos que a continuación os presentamos, 2.009 calificada como “legendaria” por el enólogo Peter Sisseck y la cual permitió una maduración perfecta y muy lenta de la Tempranillo.

Desde el corazón del Duero presentan el Pico Cuadro Vendimia Seleccionada 2009 el mejor exponente de su filosofía y el producto de un ensamblaje cuidado que le aportan un carácter y una armonía en su expresión inigualables.

Compartiendo esta filosofía en la elaboración pero destacándose con un perfil mucho más transgresor, se descubre el Pico Cuadro Wild Edición Limitada 2009, notorio por dentro y por fuera ya que su botella ha sido diseñada por Martín Berasategui, convirtiendo el recipiente en un decantador natural que permite embotellar el vino sin necesidad de filtrado. Una botella para coleccionar sin lugar a dudas.

Procedente de un único viñedo plantado en 1.932 y seguramente la joya más mimada de la bodega el Pico Cuadro Original 2009. Inalterable equilibrio de aromas y sabores en un vino absolutamente completo.

Para finalizar, el más joven de la casa, pero no por ello menos interesante. El Pico Cuadro 2009, primario, fresco y varietal, busca agradar y vaya que lo logra.