
Francia es uno de los principales destinos de la inversión española, especialmente en los sectores de tecnologías de la información, comunicaciones, energético, inmobiliario, textil y de distribución. El número estimado de filiales españolas implantadas en Francia ronda los 500. Por su parte, Francia es el principal inversor en el sector servicios español con aproximadamente 1.200 filiales en nuestro país y su presencia es mayor en Madrid y Cataluña, centrándose en los sectores del comercio al por menor y los alquileres. El gran mercado que ambos comparten es el de la automoción, que supone alrededor de un tercio de los intercambios comerciales entre Francia y España.