La historia transcurre en Yanji en la Frontera entre Rusia, China y Corea del Norte. Nuestro protagonista Gu-nam, acosado por las deudas de juego, casi en la miseria, acepta un contrato de un mafioso para asesinar a alguien. Ese es el último recurso para cubrir sus necesidades y la de encontrar a su mujer que años antes se fuera a trabajar a esa ciudad . Conoce pocas cosas sobre su víctima, pero nunca hubiese podido imaginar que acabaría siendo engullido por un engranaje criminal.Hasta ahí bien, sin embargo, a partir de primeros 40 minutos, no se sabe sí, porque casi todos los asiáticos se parecen, porque la trama es un tanto complicada, añadiendo que el montaje de la película es muy confuso, tal vez, a propósito, o que también, la cámara discurre con tomas a velocidades espeluznantes que no se distinguen bien las situaciones ni los golpes desenfrenados de los coches, destrozados con generosidad, por la cantidad de ellos, así igualmente, es destacable la generosa carnicería que con hachas y cuchillos se nos ofrece, emulando tal vez el cine de Tarantino. Por todo esto la película no convence a pesar de las críticas favorables en el Festival de Sitges 2011 y los premios que ha cosechado, creemos que al amante del buen cine no le satisfacerá o saldrá del cine a medias, preguntándose muchas cosas y saturado de sangre.
DIRECTOR: Na Hong-jin
REPARTO: Ha Jung-woo, Yun-seok Kim, Jo Seong-ha, Lee Cheol-min, Kwak Byeong-gyu, Lim Ye-won, Tak Seong-eun, Lee El
GUIÓN: Na Hong-jin
MÚSICA: Jang Young-kyu, Lee Byung-hoon